terça-feira, 26 de agosto de 2014

Semillas Divinas (Edição em Espanhol) de J. C. Bridon, com prefácio de Delmar Maia Gonçalves



PRÓLOGO (Semillas Divinas)
O que dizer quando um crente encontra a poesia nas entranhas da alma? E quando a poesia encontra o crente entranhado nela? E quando a poesia se entranha na crença? E quando a crença se entranha na poesia? E quando a poesia é o espelho da crença? E quando uma e outra se confundem?
Como dizia Virgínia Woolf “As obras de arte são de uma solidão infinita e nada as pode abordar pior do que a crítica” e acrescentava ainda “só  amor as pode apreender e preservar e ser justo com elas”. Por isso, se torna difícil analisar criticamente uma poesia que respira e transpira pelos poros de um amor pleno.
Mas quando o místico e a poética se fundem onde mora a solidão do criador artístico? Segundo Rilke “… o criador tem de ser um mundo só seu e tudo encontrar em si mesmo e na natureza a que se uniu”. É  o caso deste poeta que tudo busca em si e no universo místico a que se uniu, fundindo-se integralmente nele.
E para que tal suceda, é necessário que a busca interior aconteça e a fluidez transparente da sua escrita denuncia ter sido feita uma fusão natural numa caminhada singular de busca pela elevação espiritual, como o prova quando diz “en las noches calidas/ intento escuchar tu voz, Señor/ para com ellas crecer en la vida/ y tornar me uno contigo”.
A esperança e a fé continuam quando o autor sublinha finalizando insistente “en el amanecer sereno y calmo / dejo mi mente vagar/ y traer para mi vida/ tus más bellas y sublimes enseñanzas”.
Uma bela lição de humildade perante o omnipresente, perante a fé e a crença, num mundo de claro domínio da crise de valores e da ascensão de contravalores.
Como dizia o poeta Kahlil Gibran “A vida é uma procissão” e por isso “possa Deus alimentar os superabundantes”.
Força e em frente Poeta Júlio Cesar Bridon dos Santos!


Delmar Maia Gonçalves
( Escritor e Presidente do Círculo de Escritores Moçambicanos na Diáspora - CEMD)




[traduzido para espanhol para a edição original do livro lançado no Chile]

PRÓLOGO
Lo que decir cuando un creyente encuentra la poesía en las entrañas del alma? Y cuando la poesía encuentra el creyente entrañado en ella? Y cuando la poesía se entraña en la creencia? Y cuando la creencia se entraña en la poesía? Y cuando la poesía es el espejo de la creencia? Y cuando una y otra se confunden?
Como decía Virgínia Woolf “Las obras de arte son de una soledad infinita y nada las puede abordar peor que la crítica” y añadía aún “sólo amor las puede incautar y preservar y ser justo con ellas”. Por eso, se hace difícil analizar críticamente una poesía que respira y transpira por los poros de un amor pleno.
Pero cuando el místico y la poética se funden donde vive la soledad del creador artístico? Según Rilke “… el creador tiene que ser un mundo sólo suyo y todo encontrar en sí mismo y en la naturaleza a que se unió”. Es el caso de este poeta que todo búsqueda en sí y en el universo místico a que se unió, fundiéndose íntegramente en él.
Y para que tal suceda, es necesario que la búsqueda interior acontezca y la fluidez transparente de su escritura denuncia haber sido hecha una fusión natural en una caminada singular de búsqueda por la elevación espiritual, como lo prueba cuando dice “en las noches calidas/ intento escuchar tu voz, Señor/ para com ellas crecer en la vida/ y tornar me uno contigo”.
La esperanza y la fe continúan cuando el autor subraya finalizando insistente “en el amanecer sereno y tranquilo / dejo mi miente vagar/ y traer para mi vida/ tus más bellas y sublimes enseñanzas”.
Una bella lección de humildade ante el omnipresente, ante la fe y la creencia, en un mundo de claro dominio de la crisis de valores y del ascenso de contravalores.
Como decía el poeta Kahlil Gibran “La vida es una procesión” y por eso “pueda Dios alimentar los superabundantes”.

Fuerza y enfrente Poeta Júlio Cesar Bridon de Santos!


Delmar Maia Gonçalves
(Escritor e Presidente do Círculo de Escritores Moçambicanos na Diáspora - CEMD)